Escucha la canción del bardo

lunes, 30 de junio de 2008

La selección española por fin se lo cree (II)

Se cumplió el sueño, España campeona de Europa!!
Sólo me gustaría comentar unas cosillas y algunas de mis impresiones:

- La selección española de fútbol consiguió olvidarse del pasado y volver a conseguir el título de campeones de Europa después de 44 años (casi medio siglo, que se dice pronto!).

- Con su juego consiguió mantener a raya a los alemanes, que, a pesar de presionar todos a una hasta que se cansaron de correr tras el balón, desbordar por las bandas en ocasiones, y de luchar y no rendirse durante todo el partido, no consiguieron cambiar la sensación de dominio del partido de que gozó el equipo español. Un dominio del que ha disfrutado el combinado español durante todo el campeonato, unas veces de manera aplastante, otras veces más discretamente. Y todo, como ya escribí en la entrada anterior, gracias al buen juego, a la disciplina, a la unión, al apoyo y a la confianza en sí misma y sus posibilidades. En resumen, ha demostrado que es el equipo que despliega el mejor fútbol de Europa en estos momentos.

- El mejor jugador del equipo español: Marcos Senna. Si hay alguna duda, ver de nuevo todos los partidos de la selección y punto. Genial el homenaje a Puerta y a Arconada.

-El cambio de seleccionador: se va Luis Aragonés, con lo que no estoy de acuerdo, al igual que una gran parte de la afición española y de los medios (muchos parecen haber olvidado el rencor que sintieron hacia su persona por no convocar a Raúl... qué oportuna es la amnesia repentina y selectiva de algunos). No voy a contribuir aquí a la polémica sobre Ángel María Villar, su dirección de la Federación Española de Fútbol -que en mi opinión no es todo lo transparente que debería ser- y el cese de Luis, ya que no estoy todo lo bien informado que me gustaría para hablar sobre ello. El Sabio de Hortaleza imprimía al juego su fuerte carácter y sobre todo daba confianza a los jugadores y los mantenía unidos con disciplina y un espíritu ganador. Para sustituirlo es más que probable que se fiche a Del Bosque, otro defensor del juego de toque, pero sin el carácter ni la chispa de Aragonés, además de ser-tras ver su trayectoria como entrenador, y siempre en mi opinión- un entrenador que no se impone en el vestuario, lo que puede influir negativamente en el futuro juego de la selección. No obstante se barajan otros nombres como Irureta, Rafa Benítez o el propio Camacho.

- El palco: Las imágenes que el realizador nos ofrecía del palco de autoridades que asistieron al partido, nos mostraban a los reyes, al presidente, a la ministra e incluso a Fernando Alonso. El resto estaba claramente a favor de Alemania. A Michel Platini, que como directivo de la FIFA debería estar por encima de partidismos, se le veía claramente contrariado ante el gol de Torres y el dominio de España. A la hora de las felicitaciones tras la victoria, Ángela Merkel, cumplió estrictamente el protocolo (supongo que el "portocolo alemán", que le impedía siquiera sonreír al estrechar las manos de los jugadores españoles, o por lo menos disimular un poco la cara de contrariedad, por no decir otra cosa, que mostraba).

- No sólo se ha conseguido algo histórico por sí mismo en el deporte español, si no que nos ha demostrado a todos algo muy importante: unidos todos en un objetivo común, aúnando las cualidades y peculiaridades de cada jugador en apoyo a los demás, se ha conseguido este gran logro deportivo. Algo para hacernos pensar y que deberíamos llevar a otros ámbitos.

Ahora, una pausa hasta el 2010 y... a ganar el Mundial!

viernes, 27 de junio de 2008

La selección española por fin se lo cree

La Eurocopa de Suiza y Austria ya forma parte de la historia del fútbol internacional español. Con el último gol de Cesc Fabregas en la tanda de penaltis del partido del domingo 22 contra la selección italiana, se conseguía el pase a semifinales, hecho histórico por varias razones: no se conseguía pasar de cuartos de final desde la Eurocopa de 1984; además, no se conseguía derrotar a Italia en competición oficial desde el año '22.
La inmensa alegría de los jugadores tras este gol fue la prueba más clara de lo que significaba el pase a semifinales de la Eurocopa: por fin se dejaba atrás la rabia, la impotencia, el miedo, el fracaso que había perseguido al equipo español durante más de 20 años en competición oficial. Por fin empezábamos a creérnoslo, y lo más importante: POR FIN EMPEZABAN A CREÉRSELO LOS JUGADORES.
Las buenas vibraciones que empezó transmitiendo la selección desde el comienzo de la competición, fueron creciendo durante la primera fase, se confirmaron con la victoria frente a Italia, para convertirse en un espectáculo en la segunda parte del partido de semifinales contra la selección rusa. La victoria frente a ésta por 0 a 3, y el consiguiente pase a la final, volvía a hacer historia en el fútbol español. Consiguiéndolo sin tópicos manidos (como el recurso a la "furia española"), sino con disciplina, orden, buen fútbol, y sobre todo, y para mi lo más importante, sin sentir miedo ni dudas (a pesar de algunos momentos de despiste o de atontamiento), jugando un estilo propio (el "tiki-taka"-viva Andrés Montes, jaja- o lo que siempre ha sido, desde el origen del fútbol, el control del balón).
Por fin la selección española se lo cree, mira de tú a tú al adversario (sea la misma campeona del mundo, Italia), juega con desparpajo, sale al campo con alegría, gustándose. La segunda parte del partido contra Rusia es uno de los pocos (si no el único) partidos de competición internacional oficial que he visto jugar mejor a la selección; cierto que sin un juego excesivamente brillante, pero sí de toque, de confianza, de jugar fútbol verdadero, diferente, por ejemplo, al de italianos (un estilo de juego muchas veces marrullero, guarro en algunas ocasiones, de pillos, esperando a las genialidades individuales de sus habilidosos delanteros escudados en una defensa difícil, el famoso catenaccio) o alemanes (un fútbol físico, de equipo, de presión, pero en general, falto de brillantez). El único equipo que parecía jugar de la misma manera, deleitando al público con espectáculo, fueron los holandeses (curiosamente eliminados por Rusia en cuartos de final; ¿Cuál hubiera sido el resultado si el equipo español se llega a enfrentar con ellos en semifinales, habiendo demostrado tanta superioridad frente a Rusia, repartiéndoles a los rusos 7 goles en dos partidos?)
Personalmente, me sentía bastante satisfecho con el papel de la selección sólo con el hecho de pasar de cuartos de final, acostumbrado como nos tenía el equipo nacional a papeles mediocres en TODAS las competiciones internacionales. Lo difícil era ganar a Italia y pasar a semifinales (a priori, y teniendo en cuenta el historial del equipo español y el currículum italiano, veía la victoria bastante improbable). Una vez batidos los italianos, el (hasta ahora) insuperable obstáculo de cuartos, empecé a ver que la selección era más que capaz de ganar la Eurocopa, planteamiento que se me confirmó en el partido frente a los rusos.
Ahora, la final frente a Alemania. Como se dice, una imagen vale más que mil palabras; en este caso, nos la brindó el realizador que organizaba la retransmisión del partido que enfrentó a España y a Rusia, cuando, una vez el árbitro pitó el final del encuentro, durante unos segundos pudimos ver el pétreo rostro de Franz Beckenbauer, viva imagen de la preocupación, al comprender que su selección nacional tendría que enfrentarse a España en la final.




Nos vemos el domingo.

viernes, 20 de junio de 2008

Los Becarios según Forges

Sería interesante ver cómo saldría del apuro cualquier empresa o institución, pública o privada, de este país, si se pusieran de acuerdo en secreto todos los becarios para "ponerse enfermos" ese día y quedarse en sus casas...

domingo, 15 de junio de 2008

Queda Prohibido

Como llevo ya algunos días sin escribir en el blog, y a la espera de que me llegue la inspiración, voy a copiar este poema de Pablo Neruda, que he encontrado en mis viajes por Internet, y que me ha gustado bastante, sobre todo por el espíritu tan positivo y de lucha ante la vida que demuestra:
"Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo a tus recuerdos...
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños...
Queda prohibido no intentar comnprender a las personas,
pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha...
Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da,
también te lo quita...
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti, este mundo no sería igual..."


domingo, 8 de junio de 2008

El Samurai Ciego

La suave brisa de primavera acaricia su rostro con el aroma del cerezo en flor y acerca hasta sus oídos el murmullo del arroyo cercano, el trinar de los pequeños pájaros del bosque, el continuo golpeteo del incansable pico del pájaro carpintero contra la madera. Más cerca, los gritos de alegría de los niños de la aldea le recuerdan el inexorable paso del tiempo y de la vida, esa vida que él, lo sabe, está a punto de abandonar, quedamente, como una rojiza hoja se desprende de la rama en otoño.
Sonríe. El calor del sol es agradable, la tibieza calienta su anciano corazón y sus delgados miembros a través del kimono, antaño tan fuertes y ágiles.
Mueve su mano derecha con la certeza de encontrar lo que busca: aunque no la ve, es capaz de sentirla, como si de una extensión de su propio cuerpo se tratara, como si el filo estuviera habitado por un espíritu guerrero que le susurrara a sus oídos. Al rodear la dura funda de su espada con sus nudosos dedos, le llegan a la mente innumerables recuerdos: escenas de duelos y batallas, cruce de espadas en un claro de bosque cubierto de nieve, hermosas damas y amores imposibles. Días de gloria pero también de desesperación y derrota, de interminables huidas a caballo con la certeza de la muerte en los furiosos ojos de sus perseguidores, de travesías solitarias a través de parajes desolados, sin agua, sin sustento, sólo con la compañía de su fiel espada al cinto.


Qué absurdas parecen ahora esas preocupaciones, cuando el paso del tiempo ha borrado de la memoria los nombres de los grandes señores y se ha llevado, como el viento se lleva la arena, la belleza que perdió a tantos hombres.
El día pasa, el ocaso llega y permanece sentado, las rodillas flexionadas al pie de la pétrea escalinata del templo de la colina. Sus ojos vacíos miran hacia el infinito fijos en fantasmas del pasado. Con movimientos lentos, pausados, estudiados, enfunda su espada al cinto y alarga su delgada mano hacia el cayado que reposa a su lado. Apoyándose en él, se levanta con esfuerzo y, valiéndose de la vara como guía de sus lentos y pequeños pasos, reemprende su camino, nadie sabe a dónde, ni siquiera él. Pronto, el anciano samurai ciego sólo es una figura que se confunde en las sombras del bosque nocturno.