Escucha la canción del bardo

miércoles, 23 de julio de 2008

El enigmático mecanismo de Antiquitera

La feroz tormenta levanta enormes olas que golpean con estrépito las amuras y la cubierta de la pequeña galera, la cual, llevada por el ímpetu del furioso mar, se levanta de manera que parece rozar el encapotado cielo, para luego hundirse en las ocuras profundidades. Hace ya tiempo que la embarcación perdió su único mástil, y que la tripulación, asustada, implora a Poseidón un respiro para poder hacerse con el control de la nave. La tormenta se cernió sobre ellos tras rodear por el sur la pequeña isla de Antikitera, a medio camino entre el Peloponeso y Creta. Han pasado ya muchas horas desde que el capitán avistó tierra por última vez y con forme el temporal arrecia, se siente más preocupado por el futuro de su embarcación, de sus hombres y del valioso cargamento que transporta desde la isla de Rodas camino de Italia. Aunque no acostumbra a rezar a los dioses sí es supersticioso, como cualquier marino, y entona por lo bajo tradicionales canciones marineras que aplacan la furia de los vientos mientras se agarra con fuerza al gran remo que hace las veces de timón, el cual, milagrosamente, aún no se ha partido. Con un poco de fortuna, el temporal pasará, la castigada galera sobrevivirá y cumplirá su encargo: entregar en puerto la extraña y valiosa caja de madera que le encomendaron...

En 1901, un buzo griego descubrió, al sur de la isla de Antiquitera, unos restos de un antiguo naufragio: altas y agudas ánforas, estatuillas de bronce...etc. Comunicado su descubrimiento a las autoridades, se procedió al levantamiento de aquellos restos. De entre todos ellos, salió a la luz una especie de caja de madera, de tamaño un poco mayor que el de una caja de zapatos, que se deshizo pronto en multitud de pedazos, dejando al descubierto algo que dejó pasmados a todos los que lo vieron: un sinfín de pequeñas ruedas dentadas y engranajes, algunos sueltos, otros conectados unos con otros. En un primer momento se pensó que se trataba de algún mecanismo moderno que, por casualidad, había caído al mar y se había depositado justo en el mismo lugar del naufragio. Sin embargo, un primer examen más detenido descubrió algunas pequeñas inscripciones, sin duda, en griego antiguo, lo que hacía datar ese extraño mecanismo contemporáneo al resto del naufragio... Comenzaba el misterio.
Pasaron los años y los investigadores, al no llegar a ninguna conclusión sobre este extraño mecanismo, a excepción de que se trataba de algo muy adelantado a su época, pues no se verían en occidente artilugios tan complejos hasta el Renacimiento, se olvidaron de su existencia. No fue hasta los años '50 cuando un estudioso de la ciencia, Derek De Solla Price, se interesó por el artilugio, abandonado en el Museo Nacional de Atenas.
Tras unos años de estudios, publicó sus conclusiones afirmando que se trataba de una especie de computadora astronómica, que podía calcular la posición de los astros, e incluso predecirla. Los diversos engranajes están graduados con precisión, recordando el funcionamiento de primitivos relojes. Price fechó el mecanismo gracias a las pequeñas inscripciones hacia el 80 a. de C. Estas conclusiones provocaron la sorpresa, la incredulidad y la indignación en la comunidad de historiadores y arqueólogos, que se apresuraron a negar la posibilidad de que los antiguos ingenieros griegos habieran sido capaces de concebir y construir semejante mecanismo tan complejo (quizás esta primera reacción tan furibunda se deba a que fue un físico e historiador de la ciencia el que llegó a unas teorías y conclusiones a las que no habían podido llegar ellos; ya se sabe, la envidia entre académicos...). Pese a todo, agunas de las conclusiones de Price eran meras conjeturas, no explicaba el funcionamiento de algunos engranajes... etc. El enigma del mecanismo continuaba.
Hasta ahora. El último estudio realizado sobre el mecanismo por profesores universitarios de diferentes universidades de Europa, con modernos aparatos de rayos X, escáners y representaciones en 3D, ha arrojado luz sobre el misterioso mecanismo. En efecto, Price tenía razón.
Según todos los indicios (incluso se ha podido descifrar una especie de manual de uso del aparato, grabado en griego antiguo en el bronce de una de las piezas) se trataría de una calculadora astronómica con capacidad para calcular y predecir la posición de la mayoría de los astros conocidos en la época, además de la posición del sol y la luna en determinadas épocas del año, e incluso es posible que predijera eclipses de luna y de sol. El mecanismo se hacía funcionar accionando una especie de manivela lateral, que hacía girar los engranajes, dispuestos de una manera sorprendente por su complejidad. Los investigadores han quedado sorprendidos por el conocimiento que poseían los antiguos sabios e ingenieros griegos: no sólo el dominio de las tablas astronómicas que permitirían la predicción del movimiento de los astros, posiblemente conocidas a través de los babilonios, sino también el conocimiento técnico necesario para construir semejante máquina, con tal precisión (algo que no se vería en Europa hasta el siglo XV). Posiblemente se trataría de un encargo de algún rico y culto caballero o senador romano a los técnicos griegos de la isla de Rodas, famosa por poseer una de las Academias más prestigiosas de la época, hundido en la galera que lo transportaba hacia Roma.
Estos son los descubrimientos que hacen soñar. Asombra pensar que los griegos llegaron a tal punto de sofisticación y conocimiento técnico tan cerca de nuestra era, más de lo que se pensaba hasta hace tan sólo unos pocos años.
¿Qué nuevo descubrimiento en un futuro próximo hará que nos replanteemos todas nuestras creencias y convicciones sobre alguna de las civilizaciones del mundo antiguo?

lunes, 14 de julio de 2008

We don't need another Hero...


No necesitamos otro héroe que nos levante y nos guíe.
No necesitamos otro héroe en el que depositar nuestras esperanzas.
No necesitamos otro héroe que nos traiga la salvación.
No necesitamos otro héroe que nos diga qué debemos pensar o creer.
No lo necesitamos porque... ese héroe somos nosotros.


La versión clásica de Tina Turner de 1985 (B.S.O. de Mad Max: más allá de la Cúpula del Trueno). Interesante la versión metalera de Nothern Kings.

"WE DON'T NEED ANOTHER HERO"
Out of the ruins, out from the wreckage
Can't make the same mistake this time
We are the children, the last generation
We are the ones they left behind
And i wonder when we are gonna change
Living under the fear, till nothing else remains

We don't need another hero
We don't need to know the way home
All we want is life beyond
Thunderdome

Looking for something, we can rely on
There's gotta be something better out there
Love and Compassion, their day is coming
All else are castles built in the air
And i wonder when we are ever gonna change
Living under the fear till nothing else remains

All the children say
We don't need another hero
We don't need to know the way home
All we want is life beyond
Thunderdome

So what do we do with our lives, we leave only a mark
Will our story shine a light, or end in the dark
Give it all or nothing

We don't need another hero
We don't need to know the way home
All we want is life beyond
Thunderdome

martes, 8 de julio de 2008

Super Guitar

Esta es mi nueva SG:



Las fotos no tienen excesiva calidad ya que fueron tomadas con lo primero que tenía a mano... es decir, el móvil.
La verdad que ha merecido la pena la espera. A practicar!!