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sábado, 24 de mayo de 2008

Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal

Después de 19 años de espera, se ha estrenado la última película de Indiana Jones, una de las sagas que caracterizaron la cultura popular de los años '80 y que redefinieron el cine de entretenimiento y aventuras.

Personalmente, recuerdo los buenos momentos pasados ante el televisor (ya que, como la mayoría de los nacidos a pricipios de la década ochentera, me perdí su estreno en los cines) viendo cómo Indi se liaba a puñetazos con un enorme soldado alemán mientras la hélice de un avión amenazaba con reducirlo a trocitos de arqueólogo; cómo recorría en una vagoneta unas misteriosas e interminables minas; o cómo intentaba rescatar a su padre de los nazis enfrentádose a media compañía de soldados y un enorme tanque erizado de cañones armado sólo con un revólver y su inseparable látigo. Spielberg y Lucas habían conseguido crear un icono (tanto cinematográfico como comercial, no hay que olvidar que estamos hablando del todopoderoso Lucas, amo del "merchandaising").
Siempre desde mi inexperto punto de vista (el de alguien que se ha criado disfrutando con las anteriores películas) la nueva de Indiana Jones tiene muchas cosas buenas y pocas cosas malas (pocas, pero gordas). No voy a hacer aquí una extensa crítica, detallando escena por escena, cosa que por otra parte me parece inútil, ya que lo que a mi me ha podido parecer mal o bien, a otro puede parecerle todo lo contrario (para gustos, colores). Sólo decir que al salir de la película tenía una sensación extraña, confusa: había visto el Indiana Jones de siempre (a pesar de que los años no perdonan) pero algo no terminaba de convencerme. ¿Puede ser que Spielberg se esté haciendo viejo? ¿que a George Lucas se le esté yendo la olla? ¿Que el guionista se hiciera un lío a la hora de terminar el guión? Puede que sea todo esto o que simplemente, no se haya acertado en uno de los propósitos principales que tenía esta película, que era el intento de conectar con la juventud de hoy, criada con videojuegos y superefectos especiales. Quizás acercar a las nuevas generaciones nacidas después de 1990 un héroe cinematográfico de los '80, el intento de mantener la esencia de la trilogía original, pero incluyendo efectos y recursos modernos que puedan atraer al cine a adolescentes de hoy en día resultó un reto demasiado grande para los realizadores.
En resumen, una muy buena y entretenida película de acción, con un Harrison Ford que vuelve a llenar la pantalla (siepre será Indiana). Algunas idas de olla (que se perdonan), algunas idas de olla (que cuesta más trabajo perdonar) y un final espectacular (aunque bastante alejado de lo que representaba Indiana Jones).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno... básicamente estoy de acuerdo en lo que has escrito. Pobrecillo, tenías que haberte visto la cara en algunos momentos de la película jajaja.
Yo creo que es eso, han querido mezclar uno de los temas que tanto apasiona a Spielberg junto con los efectos digitales destinados a captar al público juvenil actual. Quizá en los ochenta había un espíritu más auténtico, más inocente, no sé.
Acabo de ver "Indiana Jones y la última cruzada", y es que es otra historia totalmente distinta, más auténtica. Creo que se podría resumir en pocas líneas: en las demás pelis de la saga, puedes disfrutar una y otra vez aunque te sepas escenas y diálogos de memoria ( si tienes aguante xD), pero esta última quizá sólo merezca un visionado.
Punto pelota.